El domingo 17 de diciembre escribí en mi twitter un mensaje, el cual no pensé que fuera a producir tanta roncha y molestia de algunos, era una opinión personal de algo que había visto y que me parecía inapropiado, antiestético y sobretodo muy discriminatorio.
Pasé por la autopista sur por el sitio donde se instalaba el Salsódromo, evento central de la Feria de Cali y mi asombro fue ver unas laminas metálicas de tres metros de altura tapando completamente donde están las graderías o palcos, a cualquier ciudadano le es imposible ver que pasará dentro del sitios de los desfiles a partir de este 25 diciembre a no ser que desembolse $176.800 por un abono, y si es una familia de cuatro integrantes tendría que pagar $707.800.