La temporada de lluvias, que tradicionalmente se da en abril, este año llegó en marzo. Con ella, se empiezan a ver las primeras consecuencias en la población, sin que todavía se llegue al pico máximo de precipitaciones que se esperan.

Sin embargo, el hecho de que el país atraviese una temporada húmeda casi inmediatamente después de superar un Niño que nos puso al borde de un racionamiento energético, lleva a valorar también los efectos positivos de las lluvias, sin olvidar los daños que puede traer. 

Justamente, en marzo del año pasado, el nivel de los embalses para generación eléctrica bordearon sus promedios históricos más bajos, tocando una capacidad útil de 24,75%, de acuerdo con XM, lo que hizo necesario el ahorro de energía impulsado por el Gobierno. 

Para este marzo el panorama es mucho más alentador. El nivel promedio de los embalses se recuperó en lo corrido de este año 32,05 puntos porcentuales y ahora tienen una capacidad útil de 56,8%, lo que no solo mitiga la necesidad de generar con térmicas, con mayores costos, sino que estabiliza los precios de energía en bolsa y con esto, reduce la posibilidad de que las empresas que no tienen contratos a largo plazo, tengan que aumentar sus tarifas a los usuarios.