El cuidado del medio ambiente dejó de ser cuestión de los ecologistas y se convirtió en una preocupación colectiva. Lo mismo se ha visto a nivel organizacional e incluso ya es el pilar de varias compañías locales e internacionales.

Uno de los resultados de este cambio de pensamiento ha sido la búsqueda de iniciativas que contribuyan a la preservación o restauración de los ecosistemas y la biodiversidad, siendo la siembra de árboles una de las prácticas más comunes.