Colombia es uno de los países más afectados por el vertimiento de mercurio a sus ríos y afluentes hídricos. Según datos de investigadores canadienses, al año llegan a ríos, lagunas y otros cuerpos de agua de Colombia un promedio de entre 50 y 100 toneladas métricas de mercurio, un metal pesado utilizado mayormente en la minería artesanal e ilegal del oro.

El problema es grave. Recientemente, un geovisor de la Dirección de Información, Análisis y Reacción Inmediata de la Contraloría (Diari) encontró que en el país existen ya 59.012 hectáreas donde se extrae oro de forma ilegal en aluviones (excavaciones a cielo abierto) y que constituyen actualmente “el mayor crimen ambiental, seguido por la deforestación”, aseguró Juan Camilo Nariño, presidente de la Asociación Colombiana de Minería (ACM).