Columna de Jotamario Arbeláez sobre los falsos positivos, Opinión, ELTIEMPO COM
Descripción
Por los lejanos ayeres de los sesenta y los setenta nos dio, a los escritores que comenzábamos, por entonar nuestras cantaletas contra los malos manejos del país y del mundo, el hambre en Biafra y en La Guajira, las matanzas en el Congo y en nuestros campos, el saqueo de nuestras riquezas naturales, en escritos de prensa, conferencias y manifiestos, en principio como un deber autoimpuesto pero también atizados por Sartre, la conciencia del siglo XX, quien de acuerdo con el marxismo clamaba por que el autor debía “comprometerse”. Aquel que en medio de esa posguerra mundial (y posviolencia nacional) escurriera el bulto escribiendo sobre lo que se consideraba banalidades era marcado como traidor a la humanidad. Escritores fugaces inquilinos de la torre de marfil, para quienes parecería que no contara la historia.